martes, 3 de marzo de 2009

El hambre no es utópico


El tercer mundo muere de hambre
Seis millones de niños fallecieron el pasado año por problemas derivados de la desnutrición, según un informe de la ONU
G. Forner Bilbao





Casi seis millones de niños murieron de hambre el pasado año según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), presentado ayer en Roma.



Mueren porque su sistema inmunológico no es capaz de hacer frente a enfermedades infecciosas, y de pronta curación, como el sarrampión o una simple diarrea.La brecha entre el mundo rico y el pobre dibuja una paradoja cada vez más evidente. Mientras unos comen de más, otros sobrevivirían con las sobras.



El documento recuerda que el hambre y la desnutrición son dos males asociados a la pobreza, que la desnutrición la padecen 852 millones de personas en el mundo (1 de cada 7 habitantes del planeta) y que es indispensable combatirla para conseguir todos los Objetivos del Desarrollo del Milenio.Reducir el hambre y la pobreza extrema para 2015 es el primero de esos objetivos, que los gobernantes de 189 países se comprometieron a cumplir en la Cumbre del año 2000 y que incluyen, además, el acceso a la educación, la igualdad de género, la lucha contra la mortalidad infantil, el sida y otras enfermedades, la mejora de la salud materna o la sostenibilidad medioambiental.



«La mayor parte de estos objetivos no se conseguirán sin un compromiso más resuelto y progresos más rápidos», advierte el director de la FAO, Jacques Diouf, en el prefacio del informe.



Ganar la batalla

La FAO hace hincapié en que la lucha por eliminar el hambre se ganará o se perderá en las zonas rurales, donde viven tres de cada cuatro personas en el mundo que sufren hambre.«En estas regiones residen la gran mayoría de los casi once millones de niños que mueren antes de cumplir los cinco años, de las 530.000 mujeres que fallecen durante el embarazo y el parto y de los 300 millones de casos de paludismo agudo», insiste la agencia de la ONU.



Subraya que el hambre y la malnutrición es la causa de más de la mitad de los casos de mortalidad infantil, seis millones, lo que equivale apróximadamente a toda la población preescolar de Japón, y «los progresos con vistas a reducirlos se han ralentizado, en lugar de acelerarse».La FAO pone destaca que para acabar con el hambre es necesario incrementar la producción agrícola a través de inversiones, buen gobierno, estabilidad política y el mantenimiento de la paz interna, además de «una educación de calidad para los niños en las áreas rurales y la mejora de la condición de la mujer».


(ITXARO)

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